Sendas perdidas y encontradas

Sendas perdidas y encontradas

Poemario de Ricardo Herrera Alarcón - Para ser escritor no se requiere título ni grado académico alguno, da lo mismo si en el colegio eras científico, humanista, o un buenoparana-da: como en los nosocomios o lupanares, se acepta de todo. ¿Pero qué es lo que convierte a una persona en escritor? ¿Malformaciones genéticas, traumas, la falta (o exceso) de afecto cuando niño? Alguien aventuró que los escritores eran una especie de subraza, contestaría, insurrecta, amoral, portadora de frases ingeniosas y malas costumbres, que extrañamente mantiene cierta imagen de decencia. O tal vez se trate simplemente de una sana (o malsana) neurosis que se apacigua sólo escribiendo textos. Como sea, y aunque suene un poco rancio en la era digital, un escritor se convierte en tal al publicar un libro. Mauro Campos debuta como narrador (fauna escasa en el sur de Chile) con este excelente libro que carece de lo usual en los textos iniciáticos: aparte de la promesa, hay oficio, cuentos reposados y revisados, lecturas, relecturas, entretención, esa aparente simpleza de la buena literatura. Cuando Truman Capote publicó Otras Voces, Otros ímbitos (su primera novela) a los 23 años, y la critica alabó -como una especie de milagro literario, a la manera de la biblioteca de Babel de Borges-, que alguien tan joven escribiera casi por simple azar, esa excelente novela. Capote replicó: de qué se extrañan si llevo como diez años encerrado escribiendo. Campos no tiene veintitrés, pero lleva varios años escribiendo, eso se nota y se agradece al leerlo. Sus cuentos son variados, logra con soltura diferentes voces y matices; no hay una temática recursiva ni un estilo que se repita, a ratos más parece una antología de varios autores. Son comunes la coherencia interna entre el tema y la forma, entre el tono y la manera de abordar la narración, el estilo pulido, el humor en todas sus variantes, desde la ironía hasta la fresca sonrisa de la ternura, se reconoce la justificación de la literatura como algo placentero, una especie de acertijo cognitivo, un regalo para el que quiera leerlo, como un juego de ingenio o una buena conversación. Así entonces Mauro Campos ya puede colgar en el living de su casa el titulo de joven escritor latinoamericano (quién sabe qué significa tal constructo), mostrarlo a los vecinos, a su gato y a su ejecutiva bancada. Mientras nosotros disfrutamos de sus cuentos. Yuri Soria-Galvarro R. / 2008

Herrera Alarcón, Ricardo, 1969-, Chileno. Profesor de Castellano y poeta. N. en Temuco el 21/10/1969

Valdivia