PEDRO GUILLERMO JARA

Micro biografía

Hijo de telegrafista, el empleo de su padre llevo a la familia a Chile Chico, pequeña patria entrañable en la obra del escritor. En marzo de 1973 se traslada a Valdivia a realizar estudios de literatura en la Universidad Austral de Chile, ciudad en la que vivirá el resto de su existencia, siempre formando una dupla vívida con la poeta Maha Vial. Aparte de la literatura, en la que recibe numerosas distinciones durante toda su vida y es antologado a nivel nacional e internacional, fue también el teatro sujeto de sus intereses artísticos, especialmente en la década de los 80 con el notable grupo Altazor.

Micro reseña

Dos constantes parecen marcar la escritura de P. G. Jara: por un lado, su inclaudicable constancia en el oficio, que le hace desarrollar una carrera literaria a lo largo de cuatro décadas, superando todo tipo de dificultades; y, por otro, la excentricidad de su propuesta formal, que más allá de su maestría en el relato breve, lo hace explorar diversos soportes, partiendo por la increíble economía de su mini revista Caballo de Proa, que alcanza reconocimiento internacional, hasta los notables Telegramas o El rollo de Chile Chico o La casaca literaria. Su temática se relacionó con una delicada y a la vez fuerte relación con seres anónimos y grises, tales como funcionarios públicos y desplazados de toda clase.

EL SENDERO DE LA MARIPOSA

Antología personal de P.G. Jara, publicada pocos meses antes de su inesperado fallecimiento, resulta indispensable para adentrarse en el mundo del autor, tanto más que la mayoría de su producción es muy difícil de encontrar. Con un lúcido prólogo de Gabriela Espinosa de la Universidad del Comahue, permite repasar fragmentos escogidos de cada una de sus obras desde su primera publicación Historias de Alicia la uruguaya que llegó un día de 1979, hasta Diez telegramas de 2017. Otras obras presentes en la antología y no mencionadas en este trabajo son: Libreta de apuntes (2016), Postales (2015), Bolsillo de perro (2013), Patagonia blues (2013), El korto cirkuito (2008), De trámite breve (2006), Cuentos tamaño postal (2005), De como vivimos con Jesse James en Chile Chico (2002), Relatos in blue (2002), Plaza de la República (1990) y Para murales (1988).

CABALLO DE PROA

Originalísimo objeto de culto, Caballo de proa es una revista cultural que, en su formato más frecuente, tenía 62 páginas, mágicamente impresas usando tan solo una hoja de oficio. Cobijó en sus hojas casi cuatro décadas de la vida intelectual valdiviana y los grandes y pequeños temas que movilizaron a creadores y pensadores valdivianos, sin cerrarse a colaboraciones de foráneos nacionales y extranjeros. Literatura, música, teatro, pintura, ecología, creaciones, crítica, fueron parte de sus contenidos. Vendida “puerta a puerta” por su editor, mantuvo una presencia significativa en su fiel público.

DIARIO DE VIDA DE UN FUNCIONARIO PÚBLICO (A HONORARIOS).

Homenaje explícito a Franz Kafka, este texto, por pasajes surrealistas, describe con minuciosa morbidez los absurdos de la burocracia estatal atenazando la vida de creadores artísticos, sometidos a los arbitrios de los famosos fondos concursables. Recorriendo su geografía de relatos breves que forman un gran políptico, no se sabe si reír o llorar. Nacido de una contratación a honorarios del autor en el aquel Consejo de la Cultura, forman parte de su esencia, no tan sólo los funcionarios agobiados por bajos pasillos y escritorios parecidos a cepos de tortura, sino los objetos omnipresentes en dichas reparticiones: corcheteras, clips, archivadores, oficios timbrados, café y galletitas, adquieren una presencia amenazadora en la gris y precaria vida del empleado público (a honorarios).

DISPAROS SOBRE VALDIVIA

Este texto de 1997 —escrito en los códigos de la novela negra con sus lugares comunes y sus personajes convertidos en arquetipos gracias a los maestros del género (Chandler, Daly, Hammett)—, es un relato en clave, pero fácilmente descifrable, que da cuenta de un mundo cultural signado por la dictadura. Con aquel humor del más alto, que es capaz de reírse de sí mismo, son protagonistas de los relatos el propio autor, su compañera y cómplice Maha Vial y el notable editor y animador de la vida cultural de la ciudad, Ricardo Mendoza, más allá de la aparición de figuras de la época como el filósofo Jorge Millas. Dos aventuras de los protagonistas son referidas con irónica e histórica precisión: la imprenta siglo XV y el grupo de teatro Altazor. Texto imprescindible para conocer el lado oculto de la cultura valdiviana de época dictatorial.

EL ROLLO DE CHILE CHICO

En una directa e irónica alusión a los rollos del Mar Muerto, P.G. Jara construye un hermoso soporte, que nos habla directamente de una literatura A. G. (antes de Gutemberg) y que hace un guiño a los contenidos bíblicos, con sus abismos y cimas de crueldad y poesía humanas. Y así como el libro de los libros habla del pueblo elegido, sus grandezas y miserias, el rollo habla de los patagones a veces poéticos —con influencias de Zurita— hasta luchadores por los prístinos elementos de su tierra, amenazados por el capitalismo despiadado. LA

BALA QUE ACARICIA EL CORAZÓN P.G.

Jara, realiza una notable proeza escritural al aplicar las técnicas propias del cuento breve a una novela estructurada según los cánones de esta última. Relato que acude al mundo del hampa, caro al escritor, tratado con su siempre punzante ironía, obliga al lector a una lectura creativa por los numerosos lugares de indeterminación del texto, que por esta vez sitúa la acción, no en su querido Chile Chico, sino en el Norte Grande de Chile, para crear de paso una metáfora entre la pureza de un sur entrañable y la corrupción del ajeno norte.

PEDRO GUILLERMO JARA