POESIA EN LOS RÍOS - PARTE 2
Se dice que Chile es un país creado por versos: “Chile fértil provincia y señalada” y su historia, especialmente su siglo XX está marcado por su poesía. Dos premios Nobel y un importante número de movimientos poéticos de vanguardia mundial hacen de la nación un curioso fenómeno de singular importancia. Nuestra región no es ajena a esta realidad apoyada en una naturaleza subyugante y en el cruce de las culturas mapuche huelliche, española y alemana.
POESIA Faumelisa Manquepillán | Andrónico Higuera | Adriana Paredes Pinda | Yanko González Cangas | Jenny Paredes | Andrés Anwandter | Antonia Torres
Aun cuando en este tan estrecho políptico se usó para la poesía el doble de espacio destinado a cada uno de los otros géneros, numerosos e importantes creadores han quedado fuera de esta muestra. Les damos nuestras excusas. Esperamos tener la oportunidad de incluirlos en futuros trabajos y les instamos a seguir difundiendo por todos los medios su obra poética, ya que tenemos el convencimiento de que cada creación de la palabra es una singularísima y, por tanto, imperdible voz humana que debe ser oída.
Faumelisa Manquepillán
Puquiñe1960
Hablar de la poesía de Faumelisa Manquepillán es hablar de tejidos, de textos hechos en piedra, en madera, lana y verbo. Su autenticidad se manifiesta en una poesía viva que se enriquece en la dualidad del cruce entre la mujer mapuche y el verso castellano. Y es desde la autenticidad de sus textos y de la íntima unión con la naturaleza que surge su particular y ancestral sabiduría que, en una primera dualidad, une el mundo de acá con el más allá de Dios y dioses, y luego el sueño y la vigilia, el cuerpo palpitante de mujer y las delicadas texturas de los acontecimientos mínimos presentes en sus palabras.
Febe, como es conocida, publica su primer libro Sueños de mujer en 2000; en 2017 aparece Danza de la piedra, en que une poemas escritos con fotografías de sus poemas en piedra. Ha figurado también en numerosas antologías entre las que se puede destacar Hilando en la memoria de 2006 y otra del mismo título más Epu rupa (dos ocasiones, dos posibilidades) de 2009.
Andrónico Higuera
Valdivia 1966
El poeta Higuera se considera a sí mismo como el Hierofante (el demiurgo que hace visible lo sagrado) en una particular Arcadia instalada en las profundas contradicciones de un mundo materialista que ha olvidado la poesía y sus arcanos. Justamente la fuerza de su obra reside en la agónica cohabitación de los sueños sagrados del poeta y la realidad a menudo brutal que amenaza esos sueños. El creador entonces tiene una misión sagrada e irrenunciable cuyo destino es profundamente religioso y a la vez más allá de las religiones establecidas, ya que conjuga lo cristiano del amor, la metafísica budista y la embriaguez dionisíaca.
Desde su primer libro Flores de Higuera (1995) hasta Junto a la sombra del sol sobre las aguas (2016) el poeta Higuera ha mantenido una producción constante y una activa vida literaria que le ha hecho merecedor de numerosos premios, invitaciones y participar de antologías nacionales e internacionales.
Leonel Lienlaf
Alepue 1969
Se debe hablar de las voces de la poesía de Leonel Lienlaf, pues en ella hablan no tan solo lo somáticamente inmediato a sí mismo —tal sus manos, su corazón, sus sueños, muy especialmente— sino los montes, los ríos, los lagos, los vegetales y animales, la naturaleza toda del Mapu. Su poética, entonces, es un coral de múltiples voces encerrado en poemas breves en que uno de estos hablantes se manifiesta inmanente a la naturaleza, los sueños, la corporalidad y la lucha de un pueblo, que pese al genocidio y el exilio en propia patria, sigue alzando su voz, tanto más fuerte cuando esta es la voz del vate.
Entre múltiples trabajos de exploración en lo cultural propio y comunicación, resaltan los poemarios bilingües: Nepey ñi gvñvm piuke, Se ha despertado el ave de mi corazón de 1989; Pewma Dungu , Palabras soñadas de 2004; Kogen (es un tipo de musgo) de 2014; y, Epu zuam, Dos intenciones de 2016.
Adriana Paredes Pinda
Osorno 1970
La poesía de Paredes Pinda es viaje de retorno a los orígenes. Un viaje, cual el clásico de Ulises, poblado de dificultades y monstruos, donde quizás el más terrible es el de la omnipresencia del castellano, la lengua materna que no le da las resonancias que su regreso al corazón del mapu obligadamente necesita. Este monstruo de dos caras, que todo lo da y a la vez todo lo quita, es sin embargo el que propicia su magnífica poesía, que canta en versos quebrados, a veces de tan solo una palabra, y que de a poco va incorporando palabras del mapuzungún, hasta que estas llenan el poema por completo.
Adriana Paredes Pinda ha publicado Ül (identidad, nombre en este mismo sentido) en 2005 y ha sido antologada en Hilando en la Memoria de 2006; Kallfv Mapu de 2009; y en Hilando en la memoria: epu rupa (dos ocasiones, dos posibilidades) 14 mujeres mapuche en 2009.
Yanko González Cangas
Santiago 1971
Alumno del Internado Nacional Barros Arana, realiza sus estudios universitarios de antropólogo en la UACH. Dr. en Antropología Social y Cultural por la Universidad Autónoma de Barcelona, su preparación en este campo le ha permitido crear una originalísima obra poética basada en la culturalidad excluida de las tribus urbanas, de los desplazados y de las razas. Su obra poética se destaca entre los autores de su generación —aun apartándose de sus cánones— y ha recibido numerosos reconocimientos a nivel nacional e internacional. Su obra se ha traducido a varios idiomas y ha sido incluida en múltiples antologías..
Entre su maciza obra —que comprende también estudios, como por ejemplo, Héroes Civiles & Santos Laicos (Entrevistas a 13 escritores chilenos) de 1999; traducciones y colaboraciones, se destaca Metales Pesados (1998), estudio antropológico de las tribus urbanas en clave poética y Alto Volta (2007), Premio de la Crítica, 2008.
Jenny Paredes
Valdivia 1968
La poeta de los muros ha usado el soporte del graffitti para la mayor parte de su obra, distinguiéndola netamente en el universo caótico de las murallas signadas. Lo propiamente efímero de su arte se ve contrapesado por los registros fotográficos que de ella se han realizado. Maestra de la creatividad, ha influenciado a muchas generaciones de alumnos universitarios incitándoles a la creación de propuestas originales. Animadora cultural, creadora y directora de la revista La ciudad cultural ejerce también los oficios del dibujo y el diaporama.
Su obra, tanto en formato tradicional como en fotografías de sus graffitti, se encuentra dispersa en numerosas publicaciones. Justamente con uno de estos versos escritos en un muro fue antologada en Poesía universitaria en Valdivia. Su libro MANOBLANCA y los pájaros del pavimento entrecruza delicados dibujos con poemas.
Andrés Anwandter
Valdivia 1974
Andrés Anwandter se destaca entre la variopinta fauna de la poesía finisecular chilena por una fabulación de la imagen, construida tanto desde la experimentalidad como del rigor. Una multitud de temas, políticos, culturales, geográficos, aparecen en leves y a la vez profundos encuentros entre la realidad, el sujeto y la forma como este dialoga con aquellos. El poeta deja en claro que el oficio de la poesía no puede ser (tal vez nunca lo ha sido) inocente. Becario de la Fundación Neruda en 1993, obtiene entre otros premios el Municipal de Poesía 2002 por su segundo libro: Especies Intencionales.
Aparte del ya nombrado, Anwandter ha publicado: El árbol del lenguaje en otoño (Santiago, DAEX, 1996), Square Poems (Londres, Writers Forum, 2002) y Banda sonora (Santiago , Libros La Calabaza Del Diablo, 2006), textos que dan cuenta de su evolución hacia una progresiva reflexión práctica sobre el oficio poético y su relación con las otras artes y en especial con la música.
Antonia Torres
Valdivia 1975
Más allá de su producción literaria, un sólido indagar en los temas del Chile postdictadura constituyen una alimentación constante de su estética: memoria, nación, lenguaje, sujeto, espacio, constituyen un sustrato en el que crece su poesía, entendida entonces tanto como una reflexión crítica respecto del lenguaje de su época y su tiempo y estas mismas preocupaciones desplegadas en su poesía. En 2017 publica su primera novela, Las vocales del verano, que la ha remitido a un mundo editorial y público de una dimensión que no conocía: “Pareciera que uno al escribir narrativa se lograra traducir, como que te diste a entender por fin, porque la poesía pareciera ser algo en chino”.
Publica Las estaciones aéreas el último año del siglo pasado; luego vendrán Orillas de tránsito (2003), Inventario de equipaje (2006), Umzug (2012) y su propia traducción de éste último libro al alemán (2015). Antologada en numerosas ediciones forma parte de lo que Jaime Bello llama la generación de Los Náufragos.