La vida después de Neruda

La vida después de Neruda

Poemario de David Miralles.

El presente libro del poeta chileno David Miralles, recoge las claves recurrentes de su poesía anterior, aunque se observa la madurez de su escritura y la consolidación de un imaginario poético muy personal. En gran parte de estos poemas, el elemento articulador vuelve a ser la problemática de la escritura frente a lo real. Obsesión que, evidentemente, no lo conduce, ni antes ni ahora, a experimentalismo formal alguno, sino, más bien, a una cierta economía de recursos. Esta es, ciertamente, la culminación de años de maduración: lecturas y contra lecturas pueden adivinarse en la trama, no siempre accesible de esta poesía. La emergencia de este libro viene a poner un fin a la condición de borradores en que parecen haber dormitado durante años los textos que lo componen. Aparentemente se trata de una continua reescritura, no tanto, -adivinamos-para llegar a una elusiva frontera, sino más bien porque en dicho juego precisamente ya no son posibles las fronteras ni los destinos. Parece evidente que la gran pulsión que alimenta a esta literatura surge desde los intersticios y fisuras de un mundo fragmentado al que el desolado personaje que se erige a menudo en la voz de estos poemas intenta organizar en una discursividad cartesiana que, no obstante, nunca logra engañarnos del todo. La ironía de tal gesto resulta con frecuencia el gran acierto de muchos de estos textos. El simulacro de organización en que se intenta hacer descansar el sin sentido de situaciones aberrantes en las que, sin embargo, no reconocemos la pura fantasía, sino una cierta fatalidad que bien podría recibir el nombre de realidad. La disonancia que muchos de los textos establecen entre la racionalidad de su discurso y la delicuescencia de sus temas, juega el papel de proyectar sobre el lenguaje una extraña luz que parece fundir (confundir) dicho lenguaje y su hipotético exterior. Es en este aspecto que esta poesía resuelve con maestría aquella exigencia que pesa sobre cualquier arte, es decir, que la forma no alcance un protagonismo que reduzca el sentido a una mera espuma. La argucia parece ser aquí que todos los textos arrancan de lugares previamente advertidos, de situaciones y espacios que pre existen a cualquier trocadura en lenguaje, que quizás ya son otro lenguaje. Se advierte pues, una tópica ante la cual el lenguaje de los textos termina por revelárnosla bajo un aspecto a veces espectral, a veces, en su pura banalidad. Dra. Mónica Sigg Pallares Tomado de la Presentación.

978-956-9227-02-8

David Miralles (Valdivia, 1957)