Serie Polípticos II

En estos, apretados, pero, esperamos, sustanciosos polípticos encontrarás pistas que te llevaran a nuestra literatura. “Quien huye de los suyos, hace como si se desterrara”, dice Suetonio en su magnífico Satiricón. Acerquémonos entonces a nuestros escritores, que los tenemos muchos, deleitosos y para todos los paladares: aquel que quiera comer a lo canalla, encontrará su picada; aquel del yantar fino, su delicado menú. Enseñar significa algo tan simple como poner señas. Aquí encontrarás las señas necesarias para un guiado acercamiento a nuestros escritores.

Hay cuatro polípticos dedicados a cuatro de nuestras más destacadas plumas: Jorge Torres y Verónica Zondek, poetas; Pedro Guillermo Jara, narrador y Luis Ariel Guzmán, dramaturgo. El quinto políptico se dedica a quienes catalogan —y, por tanto, defienden— nuestro patrimonio. El último, es un misceláneo de ocho autores, en su mayoría poetas (Zaror, Munizaga, Münzenmayer, Almendra y Henríquez), aunque hay dos narradores (Elkyon y Espinoza) y uno que cultiva ambos géneros.(Valdés). Por favor, pase. Adelante. Está en su casa

Valdivia fue desde su juventud propicia a la escritura, Desde los cronistas coloniales, tal como Rosauro Martínez de Bernabé, pasando por fray Camilo Henríquez, hasta llegar a nuestros tiempos, en que el arte literario florece por todos los senderos fluviales de nuestra maravillosa geografía, mujeres y hombres de sensibilidad, talento y esfuerzo han documentado, en cada comuna de nuestra región y en diversos géneros, el vivir de su entrañable paisaje humano y geográfico.

Aprovecha tu biblioteca para conocer a quienes reflejan en sus versos, sus narraciones, sus crónicas, sus historias, sus obras dramáticas, el latir profundo de nuestro pueblo de agua, de ese pueblo del que somos todos hijos. Hemos querido ser tu guía en este viaje de descubrimiento. De ti depende ahora emprender la maravillosa aventura.

El último, es un misceláneo de ocho autores, en su mayoría poetas (Zaror, Munizaga, Münzenmayer, Almendra y Henríquez), aunque hay dos narradores (Elkyon y Espinoza) y uno que cultiva ambos géneros.(Valdés).

 

 

 

 

 

 

 

 

El quinto políptico se dedica a quienes catalogan —y, por tanto, defienden— nuestro patrimonio.

 

 

 

 

 

 

 

Micro biografía

Hijo de telegrafista, el empleo de su padre llevo a la familia a Chile Chico, pequeña patria entrañable en la obra del escritor. En marzo de 1973 se traslada a Valdivia a realizar estudios de literatura en la Universidad Austral de Chile, ciudad en la que vivirá el resto de su existencia, siempre formando una dupla vívida con la poeta Maha Vial. Aparte de la literatura, en la que recibe numerosas distinciones durante toda su vida y es antologado a nivel nacional e internacional, fue también el teatro sujeto de sus intereses artísticos, especialmente en la década de los 80 con el notable grupo Altazor.

Micro reseña

Dos constantes parecen marcar la escritura de P. G. Jara: por un lado, su inclaudicable constancia en el oficio, que le hace desarrollar una carrera literaria a lo largo de cuatro décadas, superando todo tipo de dificultades; y, por otro, la excentricidad de su propuesta formal, que más allá de su maestría en el relato breve, lo hace explorar diversos soportes, partiendo por la increíble economía de su mini revista Caballo de Proa, que alcanza reconocimiento internacional, hasta los notables Telegramas o El rollo de Chile Chico o La casaca literaria. Su temática se relacionó con una delicada y a la vez fuerte relación con seres anónimos y grises, tales como funcionarios públicos y desplazados de toda clase.

Microbiografía

Verónica Zondek nació en Santiago de Chile en 1953. Reside actualmente en Valdivia, ciudad a la que ha dedicado uno de sus libros. Poeta, traductora y gestora cultural. Licenciada en Historia del Arte en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Forma parte de diversos comités editoriales. Es asesora externa del Dpto. de Coordinación de Extensión de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral de Chile. Ha participado en numerosos encuentros literarios, tanto en el país como en el extranjero y ha sido organizadora o co-organizadora de muchos otros. Ha formado parte del jurado de concursos como los del Consejo del Libro, Fondart, Chilectra y Fernando Santiván. Ha obtenido dos veces la beca que otorga el Fondo del Libro para escribir, en 1997 y en el 2006 . La beca Fondart la recibió el 2007 para realizar junto al fotógrafo Abel Lagos el proyecto La Raiz del Viento en la Patagonia.

Ha sido publicada en muchas y diversas antologías de poesía de Chile y otros países. Sus poemas y artículos han aparecido en revistas de literatura tanto nacionales como extranjeras. Ha incursionado en trabajos poéticos visuales y audiovisuales, También ha trabajado en colaboración con pintores, grabadores y fotógrafos. Y ha
presentado algunas obras performáticas.

No puede dejar de mencionarse su magnífico trabajo antológico sobre la obra de Mistral: Poesía reunida.

Micro reseña

El multiverso poético de Verónica Zondek está profundamente arraigado en la tradición judía y, en consecuencia, en el Holocausto como epítome de la tragedia
del hombre contemporáneo. De ahí derivan sus luchas histórico sociales que, junto a los temas de género, la abundante citación de otros vates, la presencia de los elementos naturales y metatextuales, así como el recuerdo, dan cuerpo a su poética.

El verso de Zondek es pleno en recursos literarios y su alterada sintaxis se presta a tratamientos rítmicos que son la forma del quiebre temático interior que es propio de su poesía.

Poesía de alto vuelo, que requiere una constante cooperación del lector para ahondar en sus profundos significados. Algunos de sus libros son:

Micro biografía

Nace en Valdivia el 25 de septiembre de 1948. Hijo de José María Torres, primer alcalde socialista de la ciudad (1956-1960) y Teodisa (Tita) Ulloa, que tuvo indudable influencia en aspectos cruciales de su creación. Profesor normalista, radio control, boxeador aficionado, teatrista, artesano, librero, músico popular —publicó en la década de los 90 sendos casetes de boleros (Nosotros) y tangos (Tinta Roja)—, editor, político militante, cocinero, amén de escritor, sus intereses lo hacen parecer un hombre renacentista ácrono del finis mundi. De su matrimonio con Tatiana Agüero son sus hijos Antonia, escritora, y Román, artista plástico. Aquejado de una penosa enfermedad renal que lo obliga a frecuentes diálisis y, finalmente, a un trasplante en 1987, fallece el 3 de octubre de 2001.

Micro reseña

Temáticamente la obra de Torres está indisolublemente ligada a la morbidez personal —su enfermedad crónica— y a la morbidez social de la dictadura de 17 años que abarcó gran parte de su vida creativa. En ella se puede apreciar un existencialismo militante en los dos sentidos expuestos más arriba. En lo formal es evidente un gusto por lo artesanal, que se vuelca tanto en el tratamiento material de algunos de sus textos (Poemas encontrados y otros pre-textos, parece ser el más claro, pero no único ejemplo), como en el respeto por el oficio, al que dedica ensayos, conversaciones con quienes querían iniciarse en el arte de la escritura y una antología: La Escritura y sus Tatuajes. Testimonios de Hombres de Palabra (1996).

Micro biografía

Luis Ariel Guzmán, nace el 15 de agosto de 1950 en Río Negro, hijo de Rosauro Guzmán y Alma Adriazola. Pasa sus primeros años en Cancahual y Niebla —“en el bajo que se llevó el maremoto de 1960, frente a las luces de Corral”—. En 1971 se incorpora a la Escuela de Monitores Teatrales de la Universidad Austral de Chile, desaparecida tras el golpe militar, donde estrena su primera obra, Emily en 1973. Funda entonces junto a R. Matamala y C. Muñoz el teatro de bolsillo La Rueda. Marcha a Santiago y luego de ejercer como traspunte y dramaturgo en el Teatro Nacional e incursionar en T.V., vuelve a Valdivia y se hace cargo del Taller Municipal de Teatro, el que transforma a poco andar en el ya mítico Teatro Luna. Recorre el país hasta sus más pequeños rincones como Teatro Itinerante del Ministerio de Educación, estrenando sus propios textos.

 

Micro reseña

Guzmán es el más prolífico de los autores valdivianos, con más de una treintena de obras estrenadas. En el Teatro Luna logra su consolidación como dramaturgo y director, proporcionando a sus textos una mirada antropológica, desde lo rural, en sus primeros grandes textos, a lo urbano y político en su segunda etapa y montajes definidos por un tratamiento de raíces grotowskyanas en lo actoral. En sus textos —de su primera madurez, podríamos decir— es notable la influencia de la poética lorquiana y la incorporación de personajes animales. Más tarde deriva hacia un teatro en que los conflictos sociales de indígenas y desposeídos gritan en un peculiar lenguaje su drama y rebeldía.